Me
voy a situar en la población de Cachi
(Argentina), en este lugar que se ubica
en la Ruta 40 (menos famosa que la Ruta 66 estadounidense) está la Iglesia de
San José con una característica única.
Para
todos, decir que la Ruta 40 recorre Argentina de Norte a Sur, Le llaman “La
mítica Ruta 40” los lugareños de la zona. Es como si fuese la “Espina dorsal de
Argentina”
Os
pongo un enlace para que averigüéis más sobre esta ruta desconocida para
muchos, pero donde más Aventuras se pasan por la singularidad de la carretera,
y donde se encuentran muchas maravillas del Mundo.
También
os pongo el enlace de un reportaje de TVE sobre la Ruta 40: “diario de un
nómada”:
El
solo hecho de verlo es espectacular y alucinante.
Volviendo
a la localidad de Cachi, en Argentina, en la Región de Salta, y sobre La Iglesia de San José, deciros que
una característica sorprendente es del material de que están hechos varios
elementos de la Iglesia.
El
altar, el confesionario, el techo, el púlpito, los marcos de los cuadros, están realizados de madera que se saca de un
Cactus, el llamado: “Cardón”.
El
nombre científico es Pachycereus pringlei.
Es un Cactus gigante de la zona Andina y
de Méjico, se ramifica y florece de color blanco en verano, tienen forma de embudo. Sus espinas
son de color rojizo y suelen medir unos 3 cm. de longitud.
A
parte del uso como madera, que en
algunos sitios fabrican las vigas para el techo de sus casas o como he dicho anteriormente en la Iglesia
de San José en Cachi varios elementos, de sus espinas fabricaban también peines.
Existe una leyenda del libro “leyendas de nuestra tierra” de Carlos
Villafuerte, de 1993.
Y dice así:
“Cuenta que la
flor es la transformación de la hija de un cacique que se había enamorado de un
humilde indio. El padre se opuso tenazmente a que se vieran y que se unieran en
matrimonio. Los enamorados resolvieron fugarse. Y una mañana, antes que el sol
iluminara los cerros, emprendieron camino para esconderse en los más intrincados
de la montaña:
Cuando el cacique
advirtió la ausencia de la hija y se dio cuenta que huía del hogar con aquel indio
plebeyo que él aborrecía, salió en su persecución. Muchas horas de delantera le
llevaban los fugitivos, pero él estaba empeñado en darle una buena lección a su
hija y al indio. . . no sabía todavía el castigo feroz que le iba a aplicar.
Cuando ya los
tenía a la vista y los iba alcanzando, los enamorados pidieron ayuda a la
Pachamama, quien les abrió el pliegue de su manto y los recogió en su regazo.
El cacique al
verse sorprendido por la desaparición de los enamorados quedó allí a la espera,
sin saber qué hacer, pero obstinado, no dejaría que se burlaran de él, siguió
vigilando noche y día, mientras que ellos, con el tiempo, se convirtieron en
cardón.
Cuando las nubes
se tornan oscuras y los cerros retumban en cada trueno, la india enamorada,
convertida en una blanca flor se abre sobre el pecho verde de su amado y asoma
la cara para ver la tarde sin sol y la lluvia que comienza, mientras Pachamama
sonríe en lo alto del cerro, observándolo al cacique burlado en su orgullo.”
Extraída de la
página web: portal de salta.
Recomendable hacer esta Ruta 40, con tiempo para disfrutarla al máximo, de sus localidades, su gastronomía y su cultura (dinosaurios, ver las estrellas del cielo, etc).
